BALANCE TAURINO DEL AÑO 2022 EN LOS DISTINTOS PAISES

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En Europa, España supera la temporada 2022 con un aprobado alto

América en dificultades, tendrá que hacer un esfuerzo colectivo para evitar mayores daños

Qué hacer: La ley, la ley, la ley… y el Estado de Derecho

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Después de la pandemia del Covid 19 que afectó al mundo entero y de la que como es lógico no pudieron escapar los países en los que se recrea la Tauromaquia, el año 2022 recién finalizado, era el del reto de la recuperación. Esta adversidad nos afectó de manera dramática, pues los espectáculos públicos quedaron cancelados hasta que las condiciones de la epidemia cedieron y permitieron su reanudación.

En este escenario la Tauromaquia se vio afectada porque la misma requiere del toro, el animal que es la base del espectáculo, y ver que algunas ganaderías enviaban sus camadas enteras al matadero nos hacía presentir lo peor. No era sólo que los actores de la Fiesta se quedaran parados, como pudo ocurrir en otras expresiones artísticas, el teatro, el canto, el cine o el deporte. Era que el alma de la Tauromaquia, se veía.

Y si a ello sumamos los ataques del fanatismo animalista y de los políticos que tratan de sacar réditos indebidos de las nuevas corrientes de ideología izquierdista que han sustituido la lucha de clases por la de mujeres contra hombres, animales contra seres humanos o las hecatombes medioambientales del calentamiento global, el pro-aborto y la eutanasia, el reto se tornaba casi insalvable.

No obstante, la Tauromaquia ha tirado de sus raíces culturales y en países como España, la vuelta a los ruedos ha sido masiva, contundente y casi eufórica en una demostración del contundente vínculo del pueblo con sus señas de identidad. En tal sentido, a continuación, vamos a acometer, basado en los datos de nuestras delegaciones y colaboradores un resumido balance del estado de la situación de la Fiesta en todos los países taurinos, con el ánimo de que sea el punto de partida desde el cual podamos enfrentar los obstáculos que quedan, que son muchos, y volver a colocar la Fiesta de los Toros en el sitio que le corresponde en nuestra historia económica, política y social.

 

ESPAÑA

Ha sido el país que mejor ha hecho los deberes para enfrentar las amenazas. En primer lugar, hace ya dos décadas que después de una ardua labor, con los aficionados al frente, entre ellos nuestra AIT, y partidos políticos con líderes sensatos, se acudió al Estado de Derecho y la Tauromaquia quedó protegida por dos leyes que la reconocen como Patrimonio Cultural del pueblo español, lo que elevó el ataque peregrino de los “antis” a un espacio en el que ya no es cuestión de gustos y opiniones, si no por el contrario, se enmarca dentro de las normas legales y constitucionales que rigen la convivencia ciudadana, con los juzgados, en especial el Tribunal Supremo y el Tribunal Constitucional, como garantes contra las transgresiones.

Pero ello no es suficiente, siguen produciéndose arbitrariedades por parte de autoridades que militan en la izquierda enfermiza que ha importado los postulados del Socialismo del Siglo XXI o en el separatismo más rancio y ancestral. La vuelta de los toros a Barcelona sigue siendo una tarea pendiente, así como superar los escollos de Gijón, Oviedo y otras plazas de la geografía española, donde la intransigencia de unos pocos se pretende imponer a los valores culturales de sus pueblos.

A esta tarea están llamadas las autoridades competentes, nacionales, autonómicas y locales, a quienes las leyes les imponen la obligación de proteger, conservar, enriquecer y defender esta expresión de nuestro Patrimonio Cultural. También a los representantes de los estamentos profesionales, que a fin de cuentas deberían ser los más interesados, aunque no lo parezca. Ya los aficionados cumplimos con nuestra parte, además de seguir retratándonos en taquilla cada vez que se nos convoca. Lo de ponerse de perfil para profesionales y políticos no es conducta digna y coherente.

En América la situación es más compleja. Allí se ha extendido como en los años 60 y 70 el resurgir de un neocomunismo, cuando ya éste había fracasado rotundamente con la desintegración de la Unión Soviética. Los petrodólares de la Venezuela chavista ejercieron su influencia y hoy en la mayoría de aquellos territorios hay un retroceso ideológico, que encuentra abono fértil en nuevas generaciones que se apuntan al pensamiento único de la izquierda retrógrada y en desigualdades no resueltas, que todo hay que decirlo.

Si bien no todos los países se encuentran con las mismas dificultades y en la misma intensidad, si podemos citar un hecho significativo de lo que allí está aconteciendo: De los cinco países taurinos, México, Colombia, Ecuador Perú y Venezuela, en cuatro de ellos las plazas de sus capitales han dejado de dar toros. Esto no es una coincidencia. Forma parte de la estrategia de los adversarios a la Fiesta de tratar de cortar la tradición en cada país, dejando sin toros la capital, por la presunción que tienen que ello derivará en la desvertebración del mundo taurino de sus pueblos y provincias. Vamos a analizar esta situación en cada uno de ellos:

 

VENEZUELA

En Venezuela, después de dos décadas consecutivas de devastación patria, el progresivo efecto de crisis económicas y sociales, han hecho realidad el propósito de los enemigos de la Fiesta. A la pérdida de la plaza de Caracas se le fueron sumando las plazas monumentales de Valencia, Maracaibo, Maracay, Barquísimeto, que languidecen víctimas del vandalismo; y muchas más que sucumbieron al aluvión de la pobreza y la miseria que campea hoy día por sus calles y pueblos que ha dejado la mal llamada Revolución Bolivariana. Sólo resisten San Cristóbal, Mérida, Tovar, Táriba y otras pequeñas ferias en el occidente del país. Otro tanto ha ocurrido con las ganaderías, muchas extinguidas y sólo unas pocas activas. La situación de los profesionales es dramática, y sólo un esfuerzo colectivo y titánico puede cambiar su sino.

 

ECUADOR

El efecto imitación condujo al expresidente Rafael Correa a eliminar mediante un referéndum fraudulento, una de las fuentes más importantes de trabajo y bienestar económico de la ciudad de Quito: La Feria del Jesús del Gran Poder, con su gran importancia en la América Taurina, condenando al abandono su plaza meridional, y a que poco a poco la afición se fuera desmotivando al mismo ritmo que se desmoronaban sus Ferias. Hoy sólo Latacunga, Ambato y Riobamba, estas dos últimas que declararon la Tauromaquia como Patrimonio Cultural Inmaterial de sus pueblos, tratan de mantener el pabellón taurino en pie, pero con no pocas dificultades. Los estamentos profesionales de la Fiesta tendrán que continuar el camino que marcaron Ambato y Riobamba hasta llegar a desmontar la siniestra jugada de Correa en Quito.

 

COLOMBIA

La situación en el país de las esmeraldas no es menos dramática, aunque cuenta con más recursos y resortes para producir una reversión en la conducta prohibicionista oficial. La llegada de Gustavo Petro al poder, otrora guerrillero del M-19 y con una experiencia antitaurina ya contrastada, pues cuando fue alcalde de Bogotá dejó a la ciudad sin Toros, hace pronosticar días difíciles para la afición colombiana, pues hay grupos de izquierda enquistados en el Parlamento que están haciendo lo posible por dejar al país sin Tauromaquia. Recientemente, tras haber fracasado una propuesta legislativa, se conoció que Petro ha optado por un camino más sibilino, a través del aumento del IVA a todas las actividades culturales, entre ellas la Fiesta de los toros. Esto conspira directamente contra la celebración de espectáculos en las plazas de las grandes Ferias, de las cuales quedan ya muy pocos en actividad.

Sólo Cali y Manizales celebrarán sus ediciones no sin dificultades, pero otras muy importantes, como Cartagena y Medellín han sido arrolladas por la nueva ideología prohibicionista. Y en Bogotá, donde se han centrado los esfuerzos más importantes de toreros y aficionados, nos encontramos con la alcaldesa Claudia López, que adversa frontalmente los Toros y hace todo lo posible por impedir la celebración de su feria de los primeros meses del año.

Pero lo que tal vez no han sopesado debidamente estos gobernantes pasajeros, es que la Tauromaquia está muy arraigada en la cultura y el sentir del pueblo colombiano y que son muy diversos los festejos populares que se celebran con toros de los que sus protagonistas no están dispuestos a despojarse. Las Corralejas, el coleo, las cabalgatas y otros muchos festejos populares que se celebran con animales van a seguir siendo la manera como sus pueblos rurales, de ganaderos y agricultores, celebren sus festividades, así será hasta el final de los tiempos cuando ya nadie se acuerde de Petro y de Claudia.

La lucha de los Toreros se ha basado en las sentencias de la Sala Constitucional, pero tendrán que ir aún más lejos para asegurar el futuro de su Tauromaquia, dotándola de las leyes que impidan tanto ataque indebido e injustificado. Todo se andará.

 

MÉXICO

Lo que nuca nos hubiéramos imaginado era que la Plaza México se quedara sin toros. Pero sí, lo han conseguido y este año su afición no tendrá la Temporada Grande. Sin embargo, la situación de México es menos preocupante, la prohibición se ha centrado en la capital y en algún estado más. Pero el México Taurino sigue vibrante, bullicioso y latente, con sus ferias, sus toreros y sus ganaderías. Y allí hay aficionados que está haciendo lo que se tiene que hacer para reconocer la Tauromaquia Mexicana como parte de su Patrimonio Cultural, incluso anterior de que naciera la propia república mexicana.  Están trabajando en silencio, sin aspavientos, con no muchos apoyos, pero en la dirección correcta, para que la Tauromaquia ocupe el lugar que le corresponde en ese gran país.

Además, México cuenta con muchas ganaderías de toros bravos, con miles de hectáreas, que son fuentes de trabajo y protección a los ecosistemas ambientales donde se encuentran ubicadas. Pero por si esto fuera poco, cuenta con toreros, muchos y buenos, pero sólo por razones de espacio me voy a permitir citar a dos: Joselito Adame que en la Feria de San Isidro pasada dio una lección de torería sólo al alcance de pocos; y el novillero triunfador de todas las ferias, Isaac Fonseca, hoy Matador de Toros, que por la actual coyuntura no ha podido refrendar en su tierra sus campañas europeas. Todos juntos, sin escuchar cantos de sirena y sin complejos de ningún género, deben acometer la gran cruzada que será volver a colocar la Fiesta de los Toros en el sitio que nunca debió perder.

 

PERU

No escapa el país de los Incas a las corrientes prohibicionistas, pero estas se han estrellado por una parte con la existencia de una expresión cultural irrebatible que se extiende por buena parte de la geografía peruana, y, en segundo lugar, con la aparición de quien es hoy la Máxima Figura del Toreo, que no es otro que Andrés Roca Rey. La presencia del fenómeno Roca Rey ha sido el bálsamo para calmar ánimos y callar bocas que, en medio de las convulsiones políticas, pretendían colar las pretensiones de los animalistas. Hoy son cientos los niños del Perú que sueñan ser como Roca Rey, y contra los sueños de un niño no puede nadie.

Esta circunstancia debe ser aprovechada en el mejor sentido de la palabra, para promover las decisiones legislativas que consoliden de una vez por todas la Fiesta de los Toros como Patrimonio Cultural del Perú, donde se prodigan los llamados “Toros del Pueblo” en todos los rincones de sus sierras, lo que podría constituir el ariete que rompa resistencias políticas y no políticas.

Su plaza de Acho es la demostración más fehaciente de que los siglos pasan, pero la Tauromaquia queda. Su rescate como Monumento cultural de la nación también abona en la misma dirección, pues ha visto Lima todo lo que se podía haber visto como testigo histórico de la vida del pueblo peruano. Perú, junto con México, están llamados a ser los protagonistas del rescate de la Tauromaquia Americana.

 

FRANCIA

La política francesa ha dado recientemente una demostración de como se enfrentan estas cosas. Ante la iniciativa antitaurina de aprobar una ley que prohibiera los toros en el país galo, se movilizaron los ciudadanos, sus alcaldes, sus toreros, ganaderos y políticos, para defenderlos con valentía e integridad. Esta acción no sólo impidió que prosperara la iniciativa legislativa, la cual fue abortada por sus impulsores, sino que también dejó al descubierto a un par de “personajes” que, han estado haciendo creer a la afición de los países taurinos y especialmente a la española, que Francia tenía sus Toros protegidos como Patrimonio Cultural, lo cual ha resultado falso, de ahí que haya habido que enfrentar en el Parlamento el intento prohibicionista.

La Fiesta de los Toros en Francia es, gracias a Dios, mucho más que un juego moralmente reprobable entre dos personas para tratar de hacer ver a los demás las cosas como no son; sus ganaderos y toreros se movilizan, y con ellos los alcaldes y aficionados de las ciudades y pueblos donde la Tauromaquia está presente. Esta convicción nos permite ser optimistas, sin que ello implique bajar la guardia.

 

PORTUGAL

Tal vez el país, junto con España, con mayor diversidad en las formas de expresión de sus Tauromaquia. No sólo la Fiesta tiene un profundo arraigo popular, sino que los matices en los que se manifiesta la hacen muy extensa y compleja. Cuna del Rejoneo, cuenta con miles de festejos populares, con los Forcados y sus arriesgadas pegas, con el toreo a pie, con encierros y muchas otras formas en las que el hombre y el toro miden, sus fortalezas de unos y destrezas de otros.

El movimiento de reconocimiento de la Fiesta de los Toros como Patrimonio Cultural del pueblo portugués viene avanzando lento pero seguro, desde aquella primera declaración de la “Capeia Arriana”, hasta todas las intervenciones y defensas realizadas por aficionados, políticos y profesionales en el Parlamento y ante las diferentes administraciones, sin que la política marque la diferencia, pues en Portugal hasta ahora, la izquierda en el tema taurino no se ha dejado infectar por las nuevas corrientes “globalistas”.

Es probable que después de España, sea Portugal el país, que marque el rumbo de cómo defender este Patrimonio Cultural, aprobando una ley que reconozca sus Tauromaquias como parte de las ricas y variadas expresiones del Patrimonio Cultural de su pueblo.

 

CONCLUSIÓN

¿Qué hacer?: ¡La ley, la ley, la ley... y el Estado de Derecho!

En la Asociación Internacional de Tauromaquia (AIT) lo tenemos claro porque lo hemos experimentado. El camino lo marcó España: Aprobar las leyes que protegen la Tauromaquia como Patrimonio Cultural, tal y como se hizo hace 10 años. De hecho, en España llevamos cuatro años con un gobierno social-comunista y no han podido con la Fiesta de los toros.

A nivel de las comunidades y regiones basta seguir el ejemplo de la Comunidad de Madrid, que ha apoyado la Tauromaquia sin complejos de ningún tipo. Por órdenes de Dª Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid, se han otorgado ayudas, organizado certámenes y festejos que han beneficiado a ganaderos, toreros y empresarios. Este es el camino, que  ha de tenerse en cuenta a la hora de votar a los gobernantes, apoyando a los aliados que nos ayudarán a enfrentar las agresiones.

No son fáciles los tiempos que vivimos para la Tauromaquia. Los ataques desmedidos para tratar de arrancarla del alma de nuestros pueblos nos obligan y competen a todos. A unos más que a otros, sí, pero en definitiva a todos, porque en esta lucha a la que nos vemos llamados hay algo más importante que la misma Tauromaquia:Nuestra identidad, ¡nuestra cultura y nuestra LIBERTAD!

 

William Cárdenas Rubio

Presidente.

Actualizado (Domingo, 22 de Enero de 2023 21:18)