¡QUÉ MIRÁS BOBO!...
Urtasun ha dirigido su mirada a la Tauromaquia, evidenciando que no tiene ni idea de lo que significa el mundo de los Toros, ya no sólo para España, sino para el continente europeo
Cuando los turistas venidos de otros continentes visitan España, se encuentran en el único territorio donde persiste la última muestra viviente de lo que fue el origen de nuestra culta Europa
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Esta lapidaria frase de Leonel Messi, traída desde el mundo del deporte a la Tauromaquia, nos permite definir la conducta del ministro de Cultura Ernesto Urtasun, quien ha materializado lo que había prometido desde que llegó al cargo: Atacar al mundo de los Toros.
Y lo ha hecho de la manera más innoble imaginable, quitando un Premio Nacional a un mundo que forma parte por ley nacional, del Patrimonio Cultural del pueblo español. Urtasun ha dirigido su mirada a la Tauromaquia, evidenciando que no tiene ni idea de lo que significa el mundo de los Toros, ya no sólo para España sino para el Contiente Europeo.
En efecto, es en nuestra geografía en donde se continúa recreando este rito, que para las más antiguas civilizaciones que surgieron a ambas orillas del “Mare Nostrum”, fue parte de sus culturas, creencias y juegos, que se extendió en ellas para constituir un común denominador, con múltiples mitos que llegan a nuestros días, en el que el Toro era idolatrado, como el Becerro de Oro al que Moisés destruyó; se le mataba como al Minotauro del Laberinto de Teseo, que nos habla de la forma “como el amor de Ariadna nos ofrece una vía para vencer nuestros monstruos y encontrar la salida de los laberintos”; se le acunaba en el origen del propio Continente, como en el Rapto de Europa o se mezclaba con los juegos con el Toro de la Taurocatapsia cretense y egipcia.
La actual civilización occidental es el resumen de todas aquellas grandes culturas, que se cocieron a orillas del Mediterráneo, en donde los hombres de las más disímiles razas, lenguas y religiones, sólo coincidían en la ancestral fuerza espiritual y emocional de adorar o confrontar al Toro.
Hoy, miles de años después, hay un territorio en Europa donde se mantiene ese enfrentamiento, la península Ibérica, y esto tiene una explicación, también muy sencilla que el ministro no conoce: Hace más de 300 años el pueblo español comenzó a desarrollar una actividad taurina de gran fuerza ética y estética, que ha sido cantada, esculpida, pintada, teatralizada, musicalizada y recreada por genios de las más bellas artes, sin distinción ideológica alguna.
Y es ese acontecimiento cultural europeo el que España lleva a América, junto con la religión y la lengua, para sembrarlos en el nuevo Continente, desde donde, en el siglo pasado y en este, no paran de llegar a España dignos representantes de ese arte.
Pues bien, el ministro de cultura ha decidido que como a él no le gusta algo, que ni siquiera conoce, hay que atacarlo en cualquiera de sus aristas, sin tomar en cuenta el hecho abrumador de que hoy, cuando los turistas venidos de otros continentes visitan España, se encuentran en el único territorio donde persiste la última muestra viviente de lo que fue el origen de nuestra culta Europa.
Como Messi, tenemos que decirle: ¡Qué mirás bobo! ...
Actualizado (Jueves, 09 de Mayo de 2024 17:16)